Una breve historia del perfume...

Por así decirlo, el perfume siempre ha sido parte integrante de la vida humana. Aunque se utiliza de muchas formas diferentes y con fines muy diversos, a lo largo de los siglos siempre ha conservado una importancia significativa y una imagen de lujo.

*La palabra "perfume" deriva de la expresión "per fume", que hace referencia a fumar y, por tanto, a inhalaciones medicinales y terapéuticas basadas en rituales religiosos. En la Antigüedad, se consideraba que el perfume tenía propiedades curativas y una dimensión altamente sagrada. De hecho, a griegos y egipcios les encantaba quemar esencias aromáticas como ofrenda a sus deidades. Utilizaban plantas y materiales naturales para crear sus fragancias. Éstas adoptaban la forma de aceites perfumados, bálsamos o licores. Fue en este momento de la historia cuando el hombre empezó a utilizar el perfume, aunque con fines diferentes.

ilustración de una manzana dulce

Fue en la Edad Media cuando el perfume experimentó un auge considerable, gracias sobre todo a las nuevas materias primas procedentes de Oriente. El perfume se convirtió en un signo externo de riqueza, ya que sólo el clero y la realeza podían permitírselo, pues el tercer estado estaba demasiado ocupado trabajando para sobrevivir. Los ricos exhibían con orgullo sus manzanas perfumadas (véase la imagen superior) alrededor del cuello. Gracias al descubrimiento de las especias durante las Cruzadas, también aparecieron en perfumería y cocina. Durante este periodo también se generalizó el uso de la destilación. Esta técnica se basa en la evaporación del vapor de agua y su capacidad para impregnar los aceites esenciales. Se trata de un método especialmente eficaz que se sigue utilizando en la actualidad. El uso de la destilación marcó un punto de inflexión en la historia de la perfumería. Aunque en aquella época el perfume también se utilizaba para prevenir la peste y la lepra (y no era muy eficaz), fue a partir de aquí cuando se convirtió más o menos en lo que conocemos hoy en día.

El Renacimiento fue un periodo crucial para los perfumes, con el descubrimiento de nuevas fragancias como el almizcle, la vainilla y el jazmín, que hoy son esenciales. Al igual que en la Edad Media, el perfume se utilizaba para indicar el elevado estatus social de una persona y era, por tanto, un producto de lujo. La profesión de perfumista se legitimó y los perfumistas empezaron a prosperar en el mercado, ofreciendo sus propias creaciones y fragancias a medida. La región de Grasse, en el sur de Francia, gozaba de un aura única e incluso fue considerada la capital del perfume, gracias a sus materias primas únicas.

La emperatriz Joséphine de Beauharnais

En el siglo XIX se introdujeron nuevas técnicas de extracción y producción. El perfume se consolidó gracias a personalidades como la emperatriz Josefina y Napoleón, ambos amantes de los perfumes exóticos y el agua de colonia. A lo largo del siglo, el perfume encontró su público y también empezó a industrializarse, sobre todo con la llegada de las primeras moléculas sintéticas. El vaporizador fue creado en 1870 por el escritor Brillat Savarin. Algunas de las casas que hoy conocemos desarrollaron la producción en serie de frascos, en particular Guerlain y Pivier. Este periodo marca el inicio de la perfumería moderna.

El siglo XX fue la edad de oro del perfume. Durante este periodo nacieron perfumes inmortales como Chanel nº 5 en 1921, precursor de la generación de fragancias icónicas. Miss Dior, la primera fragancia de la marca, se lanzó en 1947, seguida de Nina Ricci con Air du Temps en 1948.

Los años 50 marcan el inicio de la democratización del perfume, que deja de estar totalmente reservado a los ricos. En los años 80 vuelven las fragancias más embriagadoras, mientras que en los 90 la tendencia se orienta hacia la dulzura y la pureza, con la aparición de fragancias gourmand como Angel by Mugler en 1992.

Campagna Zadig & Voltaire "Las chicas pueden con todo"

Desde el año 2000 hasta hoy, la perfumería está menos compartimentada: las fragancias están cada vez menos divididas por sexos. Las fragancias masculinas son cada vez más femeninas y las femeninas más atrevidas. Incluso las perfumerías nicho se están poniendo de moda, con una imagen menos lujosa pero más exclusiva. No cabe duda de que la perfumería aún tiene un brillante futuro por delante, con una serie de nuevos avances técnicos que prometen un futuro perfumado.